Llamado a la acción

«Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes». — Romanos 12:1 (NBLA)

Después de exponer la grandeza del amor y la misericordia de Dios, Pablo nos hace un llamado a la acción: entregar nuestras vidas por completo a Él. Esta entrega no es un sacrificio doloroso, sino un acto de adoración racional, una respuesta lógica a todo lo que Dios ha hecho por nosotros.

Ser un sacrificio vivo implica vivir cada día con el propósito de agradar a Dios en todo lo que hacemos. Significa poner nuestros talentos, nuestros recursos y nuestro tiempo al servicio de su reino.

Hoy, reflexiona sobre cómo estás viviendo tu vida. ¿Estás ofreciendo tu cuerpo como un sacrificio vivo para Dios? Permite que su amor te motive a vivir de una manera que le honre en cada área de tu existencia.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente