«Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”». — Hechos 20:35 (NVI)
Pablo recordó a los líderes de Éfeso una enseñanza clave de Jesús: la alegría más grande se encuentra en dar, no en recibir. Esta verdad desafía nuestro egoísmo natural y nos invita a experimentar una dicha profunda al ayudar a los necesitados.
Dar no solo suple una necesidad, sino que también conecta nuestro corazón con el corazón generoso de Dios. El ejemplo de Pablo nos anima a «trabajar duro» con la intención de poder compartir, descubriendo que la verdadera bendición reside en la oportunidad de extender una mano.
Hoy, busca maneras prácticas de dar de tus recursos y talentos. Abre tu corazón a la alegría que Jesús prometió y experimenta la profunda satisfacción de bendecir a otros.