«Pesas falsas y medidas engañosas: ¡vaya pareja que el Señor detesta!». — Proverbios 20:10 (NVI)
Aunque estas tácticas son muy antiguas, todavía hoy son comunes en nuestro mundo moderno. La manipulación y el engaño, para sacar una pequeña ventaja, no solo ocurren en el comercio, sino en muchas áreas de la vida. Se trata de ser justos y transparentes en todo lo que hacemos, ya sea en los negocios, en nuestras palabras o en nuestras acciones.
A Dios le desagrada la falsedad. La odia. Y nos llama a vivir con integridad, donde lo que decimos y lo que hacemos estén alineados. Esto no solo se aplica a las grandes cosas, sino también a los detalles de la vida diaria. La integridad es un reflejo de nuestro carácter y de nuestro respeto por nuestros semejantes y por Dios.
Oración: «Señor, enséñame a odiar la falsedad tal como la odias Tú, y ayúdame a vivir con honestidad en todas mis acciones y palabras. Amén».