«Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada». — Santiago 1:5 (NBLA)
¡Qué promesa tan maravillosa! No importa cuán abrumados nos sintamos o cuán inciertas parezcan las decisiones que tenemos que tomar, tenemos un Padre celestial que anhela guiarnos. Él no nos juzga por no saber, sino que nos invita a acercarnos con confianza.
Muchas veces, cuando enfrentamos desafíos, buscamos respuestas en nuestro propio entendimiento o en el consejo de otros. Si bien estas cosas pueden ser útiles, la fuente inagotable de sabiduría verdadera se encuentra en Dios. Él tiene una perspectiva perfecta de cada situación. Pedirle sabiduría no es señal de debilidad, sino de una profunda dependencia en Aquel que lo sabe todo.
Así que, en este día, si te encuentras en una encrucijada, si necesitas discernimiento en tus relaciones, en tu trabajo o en cualquier área de tu vida, recuerda esta verdad. Dios está esperando que le pidas. Él quiere darte la sabiduría que necesitas, generosamente y sin reproche.