«Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente». — Génesis 50:20 (NVI)
Este versículo de Génesis nos presenta una de las declaraciones más profundas de la Biblia, pronunciada por José a sus hermanos. Una frase que resume la asombrosa providencia de Dios. Los hermanos de José actuaron con envidia y crueldad, vendiéndolo como esclavo, pero la soberanía divina usó esa misma maldad para un propósito mucho mayor.
La historia de José es un recordatorio para nosotros, de que incluso en medio de las peores injusticias, traiciones o sufrimientos que enfrentamos, Dios tiene un plan. Lo que a nuestros ojos parece un desastre irreparable, en las manos de Dios puede convertirse en el punto de partida de grandes bendiciones. Él no causa el mal, pero sí es capaz de tomar las intenciones perversas o las circunstancias dolorosas y transformarlas en bien, no solo para nosotros, sino para bendecir a muchos otros.
¿Estás atravesando una situación donde te sientes dañado o crees que te han hecho mal? El versículo de hoy nos invita a confiar en que Dios está obrando, incluso cuando no lo vemos claramente. Él puede reescribir tu historia, tomando lo que se intentó para tu daño y usándolo para su gloria y para el bien de muchos. Confía en su soberanía y en su poder para convertir la maldad en bendición y el dolor en propósito.