«¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!». — Hechos 5:29 (NVI)
La declaración de Pedro y los apóstoles ante la amenaza nos recuerda nuestra lealtad más alta: obedecer a Dios. Su autoridad es suprema, por encima de cualquier mandato humano.
Priorizar la voluntad de Dios no siempre es fácil. Puede implicar decisiones difíciles y enfrentar oposición. Sin embargo, esta determinación nos alinea con un propósito y una verdad que son eternos, dándonos una base realmente sólida en la vida.
Que esta declaración nos inspire a examinar nuestra obediencia. ¿Nos preocupa más complacer a los hombres que a Dios? Que Él nos conceda la valentía de permanecer leales.
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