«El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios». — Romanos 8:16 (RVC)
Este versículo de la Biblia habla de una de las cosas más importantes que puedes saber en la vida: quién eres realmente. Cuando sabes quién eres realmente, cambia cómo te sientes contigo mismo, cómo tratas a los demás y cómo te relacionas con Dios.
Quien realmente eres es quien Dios dice que eres. Tu valor proviene de lo que Dios dice sobre ti. Ya no se trata de lo que hayas hecho o de lo que te hayan hecho a ti. Todo se trata de tu valor para Dios.
Cuando nos hacemos una idea de cómo nos ve Dios, cambia lo que pensamos, decimos y hacemos. Dios te ve a través de la cruz y la sangre de Jesús. Él te ve como alguien que tiene valor porque estuvo dispuesto a dar todo para adoptarte en su familia.
Hoy, anímate con lo que el Espíritu habla a lo profundo de tu ser: eres hijo de Dios.