«Jesús dijo: “Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos”». — Mateo 19:14 (NVI)
A menudo, buscamos modelos a seguir en aquellos que son fuertes, independientes y exitosos. Admiramos a quienes han logrado grandes cosas y deseamos emular su camino. Sin embargo, Jesús nos invita a cambiar nuestra perspectiva y a mirar hacia los niños.
En la sencillez de un niño encontramos una fe pura, una dependencia total y una sinceridad que nos desarma. Ellos no se preocupan por las apariencias ni por el estatus; simplemente confían y viven el presente. Es en esta humildad y apertura donde Jesús nos dice que reside la esencia del reino de los cielos.
Hoy, reflexionemos sobre la invitación de Jesús. ¿Estamos dispuestos a dejar de lado nuestras pretensiones de autosuficiencia y aprender de la fe sencilla de un niño? Al hacerlo, quizás descubramos que el verdadero éxito radica en nuestra dependencia de Dios.