La puerta de la alabanza

«Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza. ¡Denle gracias, alaben su nombre!». — Salmos 100:4 (NVI)

Es fácil caer en el hábito de acercarnos a Dios con una lista de peticiones o, peor aún, con quejas sobre nuestras dificultades. A menudo, nuestras oraciones comienzan con «Necesito esto» o «Por favor, resuelve aquello». Sin embargo, el Salmo 100, y este versículo en particular, nos invitan a cambiar nuestra perspectiva. Nos llaman a entrar en la presencia de Dios con una actitud diferente: con gratitud y alabanza como nuestros primeros pasos.

Este Salmo nos recuerda que, a pesar de los desafíos, siempre hay motivos abundantes para agradecer y alabar a Dios. Desde el simple hecho de despertar cada día hasta las bendiciones grandes y pequeñas que a menudo pasamos por alto, podemos encontrar razones para levantar un himno de alabanza. Al hacerlo, no solo cambiamos nuestra actitud, sino que también transformamos la «atmósfera» a nuestro alrededor.

Así que, la próxima vez que busques a Dios, detente un momento antes de presentar tus peticiones. Piensa en algunas cosas por las que puedes estar agradecido hoy. Permite que la gratitud y la alabanza sean la puerta por la que entres a su presencia. Verás cómo este simple cambio puede revolucionar tu comunión con Dios.

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