Oración contracultural

«Bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los maltratan». — Lucas 6:28 (NVI)

Quizás alguien te ha tratado injustamente debido a tu fe en Jesús, o ves cómo se persigue a otros por hacer lo correcto. Puede que incluso pienses: «Esto es demasiado. No hay esperanza». La verdad es que no podemos controlar lo que otros hacen o dicen, o cómo reaccionarán al ver nuestra decisión de seguir a Jesús.

Aceptar que no puedes cambiar a los demás puede parecer desalentador, como si no tuvieras ninguna influencia. Pero no estamos indefensos. Jesús nos llama a una respuesta radical. En lugar de devolver golpe por golpe, nos instruye a bendecir a quienes nos maldicen y a orar por quienes nos persiguen. ¡Qué idea tan contracultural! Nuestra primera reacción natural no suele ser bendecir a aquellos que nos hieren. Sin embargo, eso es precisamente lo que nuestro Maestro hizo y nos anima a hacer (Is. 53:12; 1 Pe. 2:21-23).

La oración tiene un poder que nosotros no tenemos. Cuando oramos por quienes nos hacen daño y los bendecimos, no solo los ayudamos a ellos, sino que también nos ayudamos a nosotros mismos. En lugar de aferrarnos al dolor y al resentimiento, elegimos el perdón y entregamos el caso a Dios para que intervenga. Imagina cómo cambiaría nuestro mundo si dedicáramos tiempo cada día a orar por aquellos que nos ofenden.

¿Qué pequeña oración podrías elevar hoy por alguien que te ha tratado mal?

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente