«Estos recibieron el informe con agrado y alabaron a Dios y no hablaron más de pelear con las tribus orientales ni de destruir sus tierras». — Josué 22:33 (NVI)
En el capítulo 22 del libro de Josué, el pueblo de Israel estuvo al borde de una guerra civil. Algunas tribus que regresaban a sus tierras al otro lado del Jordán levantaron un altar a orillas del río, y las demás tribus lo vieron como un acto de rebelión contra Dios, listos para atacarlas por su presunta traición.
Sin embargo, en un momento crucial, en lugar de actuar inmediatamente decidieron enviar emisarios para preguntar. Escucharon la explicación de sus hermanos, quienes revelaron que el altar no era para ofrecer sacrificios, sino un monumento para recordar su fe común. Al escuchar la verdad, la ira se transformó en alegría.
Este incidente nos recuerda el peligro de las suposiciones. A menudo, vemos una situación y de inmediato sacamos conclusiones sin conocer los hechos. Esta historia de Josué nos enseña que un simple acto de comunicación y la humildad para escuchar pueden disolver los malentendidos más grandes y preservar la paz. Antes de juzgar, busquemos entender.
Oración: «Dios, ayúdame a escuchar con un corazón abierto y a buscar la verdad antes de juzgar, para que pueda ser un instrumento de paz y no de división. Amén».