«Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna». — Juan 6:68 (NVI)
En Juan 6, después de que muchos lo abandonaran, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿También ustedes quieren marcharse?» (v. 67). Pedro, con una fe inquebrantable, respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» (v. 68). Él entendía que no había otro lugar donde encontrar verdadera vida y sentido.
Esta misma pregunta es vital hoy. En un mundo lleno de voces y promesas, ¿dónde buscamos respuestas cuando la vida se pone difícil? ¿A quién recurrimos cuando las soluciones rápidas fallan? La verdad es clara: solo Jesús ofrece la satisfacción profunda y la esperanza duradera que nuestra alma anhela.
Al igual que Pedro, somos llamados a reconocer que fuera de Jesús nadie más tiene palabras de vida eterna. No se trata solo de salvación, sino de encontrar propósito y paz. Cuando te sientas tentado a buscar en otra parte, recuerda la pregunta de Pedro y reafirma tu fe en Jesús.