Cuando parece tardar

«¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?». — Lucas 18:7 (NVI)

Este versículo, parte de la parábola del juez injusto, nos asegura la justicia de Dios. Jesús mismo nos enseña que si incluso un juez indiferente responde a la persistencia, ¡cuánto más nuestro Padre celestial, que nos ama profundamente, responderá a los ruegos de sus escogidos! Es una poderosa invitación a la oración perseverante.

A veces, la respuesta de Dios no es inmediata, y podemos sentir que se «tarda». Sin embargo, esta aparente tardanza no es indiferencia. En la soberanía de Dios, cada demora tiene un propósito. Puede ser para fortalecer nuestra fe, enseñarnos paciencia, o porque el tiempo oportuno aún no ha llegado, pero su justicia es segura.

La promesa es clara: Dios sí hará justicia. Nuestro clamor día y noche no es en vano. Nos invita a mantenernos firmes en la oración, confiando plenamente en que Él es un Dios justo y que sus respuestas, aunque a su tiempo, siempre llegan y son perfectas para aquellos que claman a Él con fe.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente