«Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa». — Proverbios 21:20 (RVR60)
Este proverbio nos invita a reflexionar sobre la sabiduría práctica en la economía. No se trata solo de acumular bienes, sino de cómo los administramos. El sabio atesora y conserva, no solo recursos materiales como tesoro (riquezas) y aceite (perfume), sino también conocimiento y virtudes. Su casa, y su vida, son un reflejo de su prudencia y previsión.
Por otro lado, la insensatez lleva al despilfarro. El «hombre insensato» disipa todo lo que tiene, ya sea por falta de disciplina, impulsividad o una mala gestión. No valora lo que posee, y su falta de discernimiento lo lleva a perderlo todo. Esto nos muestra la importancia de cultivar la sabiduría en todas las áreas de nuestra vida, incluyendo el dinero.
Hoy, pregúntate: ¿Qué estás atesorando? ¿Qué estás disipando? Que este proverbio nos inspire a ser sabios administradores de todo lo que Dios nos ha dado, para que en nuestra «casa» abunden los verdaderos tesoros.