«No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador». — Tito 2:10 (RVR60)
Este versículo nos invita a vivir de tal manera que nuestra vida sea un reflejo de la fe que profesamos. Nos dice que nuestra fidelidad en las cosas pequeñas y grandes no solo nos beneficia a nosotros, sino que también hace que la enseñanza de Dios sea atractiva y admirable para los demás.
Imagina que tus acciones son como adornos para un hermoso collar. Cada acto de honestidad, cada palabra de bondad, cada muestra de integridad, añade un brillo especial a la doctrina de Dios. Al vivir con fidelidad, no solo honras a Dios, sino que también invitas a otros a ver la belleza de su evangelio a través de ti. Es un recordatorio de que nuestra vida es nuestro testimonio más poderoso… y más hermoso.