«Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios». — Hebreos 12:2 (NVI)
A veces, la vida cristiana se siente como una carrera agotadora. Las pruebas nos cansan, las dudas nos asaltan y es fácil perder el enfoque. Pero la Escritura nos anima a mirar a Jesús. Él no solo comienza el camino de nuestra fe, sino que también lo completa hasta el final. Él pudo soportar la cruz, el dolor y la vergüenza, no por obligación, sino por el gozo que le esperaba: la victoria sobre el pecado y la muerte, y nuestra redención.
Cuando sientas que tus fuerzas flaquean, recuerda el sacrificio de Jesús. Él ya corrió la carrera y triunfó. Su ejemplo nos da esperanza y propósito para seguir adelante. Fija tu mirada en Él y encuentra en su victoria la fuerza para continuar en tu propia carrera, sabiendo que no la corres solo.