«Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí». — Colosenses 1:29 (NVI)
El apóstol Pablo nos enseña una verdad fundamental: nuestro servicio a Dios no depende de nuestras propias fuerzas. Ya sea en la vida diaria, el trabajo o el ministerio, a menudo sentimos la presión de rendir al máximo. Pero este versículo nos recuerda que Dios nos capacita.
Hay días cansadores, dificultades y desafíos que parecen montañas, pero no estamos solos en nuestras luchas; el mismo poder de Cristo que obró en Pablo, obra en nosotros. Apóyate en Él y verás que lo imposible se hace posible a través de su fuerza.
Tags:
Aliento