Será el mismo

«Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré». — Isaías 46:4 (NVI)

En este pasaje, Dios se contrasta con los ídolos de Babilonia, que eran pesadas cargas. Él le promete a su pueblo, que estaba por ir al exilio por su pecado, que no es como esos dioses. Él los ha sostenido desde que nacieron y los seguirá sosteniendo hasta la vejez. Este es un mensaje de esperanza para un tiempo de incertidumbre, asegurándoles que Él es quien los carga a ellos, no al revés.

La promesa de Dios de sostener a su pueblo hasta el final demuestra su fidelidad inmutable. No importa en qué etapa de la vida te encuentres, Él será el mismo. Su amor y poder no cambian. En un mundo donde todo varía, la fidelidad de Dios es un ancla. Su promesa es un seguro de que no estás solo, sin importar las cargas.

A menudo, cargamos con los ídolos de nuestra vida: el trabajo, el dinero o la opinión de los demás. Estas cosas se vuelven cargas que nos agotan. Este versículo nos invita a soltar esas cargas y a recordar que Dios es quien nos sostiene. La promesa de Dios no es solo que te cuidará, sino que te librará de esas cargas. Confía en Él, que te hizo y te sostiene.

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