Su anhelo

«“Pues Yo no me complazco en la muerte de nadie”, declara el Señor Dios. “Arrepiéntanse y vivan”». — Ezequiel 18:32 (NBLA)

Este versículo es un recordatorio de que, a pesar de las advertencias del Señor a Su pueblo infiel, el corazón de Dios siempre se inclina hacia la misericordia y la vida. A menudo, vemos la ira de Dios en las Escrituras y nos incomoda, pero pasajes como este nos muestran Su anhelo más profundo por la restauración y el perdón.

La invitación de Dios no es una amenaza, sino un llamado urgente. Él no desea la destrucción; desea la vida para todos. La única condición es el arrepentimiento, un simple giro de 180 grados: alejarnos de lo que nos aleja de Dios y volvernos a Él. No importa cuánto nos hayamos desviado, Su voz nos llama a un nuevo camino, un camino que conduce a la vida.

¿Hay algo en tu vida de lo que necesitas arrepentirte? Nunca estarás demasiado lejos para volver, y la promesa es clara: si te arrepientes, encontrarás vida.

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