«Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica». — Efesios 2:10 (NVI)
Nuestra existencia tiene un propósito trascendente. No somos un accidente cósmico, sino la obra maestra de un Creador amoroso. Fuimos creados en Cristo Jesús con un destino específico: realizar buenas obras que Dios preparó de antemano para nosotros.
Esta verdad nos llena de motivación y significado. Cada acción que realizamos con amor y conforme a la voluntad de Dios tiene un valor eterno. No vivimos simplemente para nosotros mismos, sino para cumplir el propósito para el cual fuimos diseñados.
Hoy, reflexiona sobre el propósito que Dios tiene para tu vida. Busca las buenas obras que Él ha preparado para ti y permite que esa visión te motive a vivir con pasión y entrega.